Compartí con el algunos buenos ratos de chachara y compadreo en aquellos años, mas que creativos e inciertos, de finales de los setenta. Era un hombre curioso e interesado por el trasfondo de lo que veía en su entorno. Le llamó la atención el colectivo ASKATASUNA y su Revista del mismo nombre. Allí nos visitó. Hicimos una buena relación basada en el humor irónico y el comentario de análisis del mundo que nos rodeaba y lo que nosotros hacíamos y dejábamos de hacer. Creo que nos veía como una comuna de personas amigas que compartían casi todo: así era, casi, en aquellos años… Ilusiones, utopías, proyectos de vida y trabajo, amores y amistad se entre mezclaban con debates y discusiones en ocasiones felices y en otras muy amargos… Éramos jóvenes y teníamos mucho capital humano a gastar. El también. Y lo gastábamos ¡vaya que si!
Juan Carlos fue durante un periodo una especie de sombra amiga con la que pasábamos algunos ratos y tomábamos alguna copa y un que otro menucito del día aquí y allí por el Bilbao de nuestras entrañas.
Seria de esos contactos cuando se motivo y salio de su pluma una colección de viñetas que titulo “LA RAZÓN SENTIMENTAL”, editadas en el diario Egin, aquel que cancelo la autoridad competente por asociación ilegal con el terrorismo de ETA (otro cierre penoso). El Egin jugo un papel importante aquellos años de transición. Muchos de nosotros publicamos en el algunas de nuestras cuitas, también Juan Carlos, y también en otros periodicos vascos de la época. Entre el 24 de febrero y el 15 de marzo salieron no menos de 17 historietas en las que me dibujo de protagonista de una revolución en ciernes en Euskadi que denomino ‘anarcoabretzalismo’, ‘euskal-anarkismo’, aún las conservo… Un baile de izquierdas nacionalitario en el que participábamos unos cuantos ‘figuras’ del momento dando ‘soluciones a Herri Batasuna… Como éramos una tribu me dibujaba de gran jefe ‘Akratasuna’…
En fin, acido, critico, banal, agudo, divertido, buen compañero… Así era Juan Carlos; al menos, así lo recuerdo.
Espero que halla vivido bien su vida todos estos años, rodeado de buena hacer profesional, amor, amistad y respeto.
Que nos espere unos años. No te molestes, mon ami, te sigo apreciando.
Mikel Orrantia -Tar
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