sábado, 15 de octubre de 2011

Salud, viajero de Internet. 
Te traigo a compartir cuatro fotos de mi pueblo, la Villade Balmaseda, mas de 800 años desde su carta fundacional hasta nuestros días. Allí nací, el 27 de junio de 1947, en la casa nº18 de la calle La Correria, a unos metros de la Plaza de San Severino: ¡Ya hace tiempo! ... de lo uno y de lo otro... Estuve ayer viernes a charlar con un viejo amigo de juventud, de cosas 'culturales, de politica y economía ¡que redios! y ¡conseguimos entendernos! fue un placer, compartir inquietudes a dos voces. Mientras le esperaba a que terminase su partida de tute con unos amigos, pasee por antiguos lugares que consiguieron llenarme de nostalgia, nostalgia de viejas correrias juveniles. Salí de allí a bota silla un mes de junio de 1969, hacia mi primer exilio; pero, puede volver, y volvi (siempre vuelvo) unos meses mas tarde, en setiembre, para reintegrarme en la lucha 'del interior' contra la oprobiosa dictadura, desde las filas de una ETA en la que militaba desde unos años atrás y en la que para nada me arrepiento de haber militado entonces, ni de haberla dejado meses después, cuando fui consciente de que la lucha armada era un camino ciego y el nacionalismo un riesgo inncecesario (incluso el llamado 'revolucionario' a la sazón), que no llevaba a otra cosa que al sufrimiento de las partes y a la exclusión de la mayoría. Tuve que volver a marcharme otra vez, curiosamente en el mes de junio de 1970 (¿que tendrá 'junio' para mi?), dejando a mi querido padre moribundo de un cancer terminal sin poder compartir con el su final cuando murió al mes siguiente, entre el cariño y el respeto de los balmasedanos y de mis amigos y compañeros. ¡Se quedo tanto por el camino! ¡Tanto sin decir, tanto sin compartir, tantas veces rota la vida y los sueños juveniles...! No pude regresar hasta junio de 1976, acogiéndome a la preamnistia acordada por Bandres y su equipo de abogados con el Ministro Fraga Iribarne... Pero ya era tarde para rehacer mis relaciones en mi pueblo, era tarde para mi y para mi pueblo: ¡había cambiado tanto!: yo, y las gentes con las que me encontraba a mi regreso... Tengo el inmenso placer de haberme reencontrado con siete u ocho viejos amigos de aquella etapa juvenil, con los que, desde hace unos años, compartimos varias veces al año encuentros conviviales entorno a la mesa y a unos vinos de poteo y chachara con mas y con menos 'sustancia', siempre vivencias y opiniones del ayer y del ahora. A ellos, y a los viejos amigos y compañeros de entonces, a todos ellos, sencillamente, les dedico este recuerdo afectuoso.
Salud y convivialidad, Balmaseda, balmasedanos.
Mikel -Tar



No hay comentarios:

Publicar un comentario