Tengo el culo pelado
de rastrojear por los pedregales de la vida,
y sigo…
viviendo y arriesgando
por vivir
entre amigos.
No tengo mucho mejor el animo,
cuando me enfrento
a amigos que dejaron de serlo;
a oportunistas del vivir,
a los que, en ocasiones,
he confundido
con las sombras
que hacen con sus cuerpos verdaderos
los compañeros, y amigos:
aquellos que juegan, arriesgan, lloran y gozan
con la sonrisa de uno.
Desnortado, he estado,
ocasionalmente,
por la intensa
luz
de amaneceres,
tras noches de encuentros conviviales.
Lamento profundamente haberme equivocado;
confundido las sombras, en la pared de la vida,
con los cuerpos
físicos
de la vida misma,
proyectadas
por la luz de amaneceres vivos,
tras
noches conviviales.
Pero, ¡me gusta tanto la amistad!
que
sin duda
volveré a confundirme.
Lo haré de nuevo, seguro;
solo sea
para disfrutar
de un rato del cálido amor
de la buena amistad,
a la sombra y el calor de un viejo amigo,
de un vino, un leño, un dibujo, una canción, un poema, un libro…
y una sonrisa…
POEMA. Mikel. Sestao, 04.2008
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