Mikel
SOBRE LA GASOLINA, EL GASOIL, EL PETRÓLEO O ¿QUIÉN SE LO LLEVA CRUDO?
Hace un montón de tiempo, en otro intercambio de opinión, expuse mi punto de vista de que así como el mundo del siglo XX estuvo marcado por las tragedias de los totalitarismos y sus sangrientas consecuencias, el siglo XXI estaría inmerso en la búsqueda de salida al gravísimo problema de la energía. Contrariamente a lo que se presentan como terribles cuestiones, que lo son sin duda,: alimentos, educación, agua potable, sida, etc., éstas serían relativamente superables y, de hecho, según los objetivos del Milenio, se camina, aunque lentamente y con retraso, hacia niveles de mejora no sospechados hace una década. Y los mayores fallos se encuentran en los países despóticos, aunque a esos déspotas los sostienen muchas veces intereses de potencias dichas democráticas.
Pero además, la energía es la base fundamental para que esas mejoras avancen y se consoliden y, sobre todo, para conseguirlo en un entorno medioambiental y climático sostenible. No solo eso; a lo largo del siglo XXI veremos (verán) la progresiva reducción y quizá agotamiento de las reservas de petróleo y gas (50 a 75 años), con lo que será absolutamente necesario disponer de nuevas fuentes, no complementarias como ahora, sino de aportación fundamental para una población mundial que se acercará al final de siglo a estabilizarse alrededor de 10.000 millones.
Todo el mundo tacha a EE.UU. de actuaciones insensatas, cuando no perversas, y a su presidente Bush poco menos que de estúpido payaso. Quizá lo sean en cierto modo, pero los que realmente mueven los hilos tienen unos objetivos concretos, aunque en muchas ocasiones el camino hacia ellos no tenga la ética mínimamente exigible.
El aseguramiento de las fuentes petrolíferas del Medio Oriente (Arabia + Irak) y el emparedamiento con Afganistán a un Irán díscolo, ha sido muy costoso pero imprescindible para EE.UU. con vistas a los próximos 25 años. Pero eso no es suficiente a mayor plazo: es necesario conseguir que las nuevas fuentes sean, con rapidez, una realidad competitiva con los combustibles fósiles y, al mismo tiempo, utilizable sin problemas ecológicos para dos fines principales:
- La producción de energía eléctrica.
- El transporte terrestre, marítimo y aéreo.
- La detección y explotación de yacimientos cada vez más costosos.
- Uso no contaminante del carbón por gasificación, licuación o secuestro del CO2.
- Consecución de competitividad para la generación eólica, solar y marina, que actualmente solo se justifican por sus fuertes subvenciones.
- Nuclear de fisión muy segura y de menos residuos.
- Nuclear de fusión (Proyecto ITER)
- Hidrógeno como acumulador energético de energías limpias.
- Biomasa y residuos de refinería.
- Bio-combustibles de productos no alimentarios.
Y de paso, también es posible que el cada vez más elevado precio sea la mejor contención del consumo. Por primer año en la historia, este 2008 marcará un descenso en las necesidades energéticas por habitante en EE.UU., el mayor consumidor y contaminador mundial (aunque China le rebasará en breve).
La solución energética es clave para abordar con éxito los restantes problemas.
Ignacio
No hay comentarios:
Publicar un comentario