viernes, 5 de septiembre de 2008

La humanidad saldrá adelante creando un mundo nuevo.




"La evolución del planeta es de una complejidad tal que resulta muy difícil elaborar una teoría predictivamente acertada."

Amigo Mikel:

Ya sabes que siempre es de mi agrado el debate sereno, aunque quizá no pueda dedicarle tanto tiempo como quisiera. La razón puede estar en que por mi carácter o mi formación no soy capaz de abordar un tema sin previamente haber recorrido una documentación amplia de las diferentes orientaciones existentes sobre él, y como esto, a menudo, no es sencillo me bloquea le emisión de un punto de vista. Me reconforta la recepción y contestación a todo tipo de cuestiones y también tomar una cerveza si se tercia.

Yendo al fondo de la cuestión:

La evolución del planeta es de una complejidad tal que resulta muy difícil elaborar una teoría predictivamente acertada. Tomando solamente los últimos 50.000 años (los que lleva el hombre moderno en Europa) una minucia comparada con la existencia de un mundo "humanamente habitable" (aproximadamente 3 a 5 millones de años), el mundo ha pasado por algunas variaciones extremas llamadas ciclos glaciares. El último "máximo glaciar" que diezmó la población mundial, reduciendola drásticamente sobre todo en el hemisferio norte de Eurasia, tuvo lugar unos 20.000 años atrás y desde entonces las temperaturas han ido progresando, muy lentamente y dentro de miniciclos parciales, siempre debido a razones que pudiéramos llamar "naturales" pro muy poco conocidas.

Con el incremento continuo de la población mundial es evidente que hemos realizado una transformación inevitable e irreversible de la superficie terrestre aculturizándola en proporciones que en un futuro más o menos lejano se acercarán a la totalidad, salvo los espacios que se decida constituyen reservas naturales. Piensa que se estima para finales del siglo XXI una población de algo más de 10.000 millones (casi el doble que a finales del siglo XX), y afortunadamente casi estabilizada salvo problemas imprevistos.

Las exigencias para la simple conservación de una vida digna (en el concepto moderno de dignidad) de esa población serán la alimentación y la energía. Pensemos que los avances alimentarios agricultura y ganadería estarán superados, pero muy dificilmente sin el recurso a métodos muy contestados hoy como la genética. Más difícil será la provisión de la energía necesaria para esa vida digna. Y además, la obtención de esa energía es, posiblemente, la que más pueda afectar al ciclo natural que el planeta deba tener en un futuro. Hay quien dice que es probable la proximidad de un nuevo ciclo glacial en unos 10.000 años, basándose en las amplitudes anteriores, aunque también se les acusa de utilizar ese argumento para reducir el problema del calentamiento real en este momento.

Lo que no podemos pretender, y lo he sostenido en varias ocasiones, que quienes hemos alcanzado un nivel de vida determinado, lo reduzcamos drásticamente, pues sería inaceptable para la comunidad. Por otra parte no tenemos derecho a impedir a sociedades en inferior situación que alcancen cuando menos la nuestra. Y ello conlleva un enorme incremento en el consumo de alimentos y energía.

Que el colectivo humano llava ya varios siglos incidiendo en la evolución planetaria es real. Que esta incidencia se va incrementando potencialmente en el último siglo XX, también es cierto. Que se debe trabajar intensamente por conseguir mitigar este impacto, de acuerdo. Pero los informes apocalípticos tampoco sirven, pues el problema de pocos se puede resolver aunque sea a base de sus perjuicios.

La humanidad saldrá adelante creando un mundo nuevo. Esperemos que no sea el de WALLI-E, película que te recomiendo, aunque su final es más flojo que el de los primeros 30 minutos.

Salud,

Ignacio

No hay comentarios:

Publicar un comentario