martes, 9 de febrero de 2010

a cerca de ETICA/PERIODISMO en defensa de la UTOPIA. Tomás Eloy Martinez

Saludos cordiales.
Me ha encantado estas reflexiones sobre periodismo y utopia de Tomás Eloy Martinez, escritor, intelectual, argentino que fallecio el mes pasado y al que merece la pena leer; y por eso las edito en mi BLOG, para hacerlas llegar hasta ti lector. Que las disfrutes.
Mikel Orrantia


8 Feb 2010 - http://lavaca.org/notas/tomas-eloy-martinez-las-utopias-son-lo-unico-que-nos-permite-desafiar-a-la-muerte/
Tomás Eloy Martínez: “Las utopías son lo único que nos permite desafiar a la muerte"


(Reportaje publicado en la revista Mu de diciembre 2008 que reproducimos como homenaje a Tomás Eloy Martínez, periodista).


-Me niego a generalizar, porque generalizar es siempre una actitud fascista y cada tema tiene sus grises, sus contradicciones. Pero muchos, muchos textos de los que leí me produjeron un profundo asco. Me hicieron preguntar cómo es posible que la conciencia de un ser humano pueda caer tan bajo, pueda negar cualquier tipo de compasión, de comprensión por el otro, por lo otro, por aquello que es y piensa diferente. Creo que el peor de los daños, el más permanente de la dictadura fue la intención violenta de convertir a este país a una ideología de cuartel.

-.¿Crees que por eso la literatura y el periodismo perdieron su capacidad de creación, que es finalmente hija de la desobediencia?
-Es que la literatura si no es desobediencia, no es. La literatura, como el periodismo, son centralmente actos de transgresión, maneras de mirar un poco más allá de tus límites, de tus narices. Todo lo que he escrito en la vida han sido actos de búsqueda de libertad. Nada me daba más placer –cuando publicaba mis primeros artículos en La Gaceta de Tucumán- que mi madre le dijera a mis hermanas: “tenemos que ir a misa a rezar por el alma de Tomás que está totalmente perdida”.

Elogio de la utopía
Apenas un año después y cuando saboreaba ser best seller, Tomás escribió un artículo con un título provocador: “Defensa de la utopía”. Regresaba en ese texto el periodista, legitimado por el éxito del escritor, para decirnos:

• “Un hombre no puede dividirse entre el poeta que busca la expresión justa de nueve a doce de la noche y el gacetillero indolente que deja caer las palabras sobre las mesas de redacción como si fueran granos de maíz. El compromiso con la palabra es a tiempo completo, a vida completa. Puede que un periodista convencional no lo piense así. Pero un periodista de veras no tiene otra salida que pensar así. El periodismo no es algo que uno se pone encima a la hora de ir al trabajo. Es algo que duerme con nosotros, que respira y ama con nosotros”.

• “El periodista no es un agente pasivo que observa la realidad y la comunica; no es una mera polea de transmisión entre las fuentes y el lector sino, ante todo, una voz a través de la cual se puede pensar la realidad, reconocer las emociones y las tensiones secretas de la realidad, entender el por qué y el para qué”.

• “Es verdad que, en algunos casos, la brutalidad del Poder impone la retórica excluyente del silencio. Para poder hablar después hay que sobrevivir ahora. Ésa fue la desgarradora alternativa que afrontaron los internados de los campos de concentración, donde quiera existieron esos campos: en Auschwitz, en la isla Dawson, en las «peceras» de Buenos Aires. ¿Enfrentarse al Poder con la certeza de la derrota o fingir resignación ante el Poder para dar luego testimonio de la ignominia? Pero cuando el silencio dura demasiado tiempo, la palabra corre el riesgo de contaminarse, de volverse cómplice. Para hablar hace falta valor, y para tener valor hace falta tener valores. Sin valores, más vale callar.”

• “Hay que cuidar las formas, me repetía un jefe de redacción en el diario donde me inicié cuando era adolescente. Hay que conciliar, me decía, hay que entender el juego del Poder. Esa fue la primera enseñanza contra la cual me sublevé. Siempre he pensado (y éste es un tema para discutir largamente) que el periodismo no tiene sino dos formas que cuidar: la de su herramienta -el lenguaje-; y la de su ética, que no responde a otro interés que el de la verdad. No tiene por qué conciliar, con nada ni con nadie. Su misión es en eso idéntica a la del artista: revelar los abismos y las luces más secretos del hombre, agitar las aguas, estimular la imaginación, provocar el cambio, luchar sin sosiego para que las perezas y los conformismos que adormecen la inteligencia sean derribados con el mismo estrépito liberador que hace tres milenios hizo caer las murallas de Jericó.”

• “El periodismo no es un circo para exhibirse, sino un instrumento para pensar, para crear, para ayudar al hombre en su eterno combate por una vida más digna y menos injusta. Afirmemos, entonces, nuestro derecho a reclamar un mundo que no se parezca a ningún otro, y pongamos nuestra palabra de pie para ayudar a crearlo. “

Tomás me dirá ahora una sola cosa al respecto: “las utopías son lo único que nos permiten desafiar a la muerte”.

Y así y de pie, me despide con un abrazo intenso que me regala como recuerdo.

Biografía [editar] -WIKIPEDIA-
Nació en San Miguel de Tucumán, Argentina, el 16 de julio de 1934. Se graduó como licenciado en Literatura Española y Latinoamericana en la Universidad Nacional de Tucumán y obtuvo en 1970 una Maestría en Literatura en la Universidad de París VII.
En Buenos Aires fue crítico de cine del diario La Nación (1957-1961) y jefe de redacción del semanario Primera Plana (1962-1969). Entre 1969 y 1970 fue corresponsal de la editorial Abril en Europa, con sede en París, y luego director del semanario Panorama (1970-1972). Dirigió el suplemento cultural del diario La Opinión (1972-1975).
Entre 1975 y 1983 vivió exiliado en Caracas, Venezuela, donde fue editor del Papel Literario del diario El Nacional (1975-1977) y asesor de la Dirección de ese mismo diario (1977-1978). Allí fundó El Diario de Caracas, del que fue director de redacción (1979).
En 1991 participó en la creación del diario Siglo 21 de Guadalajara, México, que salió durante siete años, hasta diciembre de 1998.
En junio de 1991 creó el suplemento literario Primer Plano del diario Página/12 de Buenos Aires, que dirigió hasta agosto de 1995. Desde mayo de 1996 es columnista permanente del diario La Nación de Buenos Aires y de The New York Times Syndicate, que publica sus artículos en doscientos diarios de Europa y las Américas.
Además de su trayectoria periodística y literaria ha desarrollado una extensa carrera académica que comprende conferencias y cursos en importantes universidades de Europa, Norteamérica y Sudamérica, así como su vinculación como profesor a la universidad de Maryland (1984-1987). Desde julio de 1995 es profesor distinguido de Rutgers University en Nueva Jersey y director del Programa de Estudios Latinoamericanos de esa universidad. Recibió títulos de doctor honoris causa de la Universidad John F. Kennedy de Buenos Aires y de la Universidad de Tucumán.
Ha sido fellow del Wilson Center de Washington DC, de la fundación Guggenheim y del Kellogg Institute de la Universidad de Notre Dame, Indiana.
Entre las obras que ha publicado figuran el ensayo Estructuras del cine argentino (1961); la novela Sagrado (1969); el relato periodístico La pasión según Trelew (1974), cuya tercera edición fue quemada en la plaza del III Cuerpo de Ejército, en Córdoba, por la dictadura militar; los ensayos de crítica literaria Los testigos de afuera (1978), y Retrato del artista enmascarado (1982); la colección de relatos Lugar común la muerte (1979); las novelas La novela de Perón (1985) y La mano del amo (1991) y, por supuesto, Santa Evita (1995), la novela argentina más traducida de todos los tiempos. En 1996, publicó Las memorias del general, una crónica sobre los años 70 en Argentina.
Ganó en 2002 el codiciado Premio Internacional Alfaguara de Novela por su novela El vuelo de la reina.
Es también autor de diez guiones para cine, tres de ellos en colaboración con el novelista paraguayo Augusto Roa Bastos, y de varios ensayos incluidos en volúmenes colectivos.
En 2008 se le entregó el Premio Cóndor de Plata a la trayectoria que entrega la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina, la distinción en su tipo más importante del país. El premio fue por su fecunda trayectoria dentro del periodismo y la crítica cinematográfica.
En 2009 resultó premiado con el Premio Ortega y Gasset de Periodismo a la Trayectoria Profesional.[2]
Se habia casado con Lilian von Ziegler con quien tuvo a Gonzalo, Tomás, Ezequiel y Paula, tuvo ademas dos hijos - Blas y Javier - con Blanca Goncalves y Sol-Ana de su relacion con la critica cinematografica y profesora venezolana Susana Rotker a quien conoció en Caracas en 1979 y que murió atropellada por un auto en el año 2000.[3] [4]
Tomás Eloy Martínez falleció el 31 de enero de 2010 a los 75 años de edad, de un tumor cerebral a causa de un cáncer que sufrió durante varios años. [5]

Obras [editar]
• 1961: Estructuras del cine argentino (ensayo).
• 1969: Sagrado (novela).
• 1974: La pasión según Trelew (relato periodístico).
• 1978: Los testigos de afuera (ensayo de crítica literaria).
• 1979: Lugar común la muerte (colección de relatos).
• 1982: Ramos Sucre. Retrato del artista enmascarado (ensayo de crítica literaria).
• 1985: La novela de Perón (novela).
• 1991: La mano del amo (novela).
• 1995: Santa Evita (novela).
• 1996: Las memorias del General.
• 1999: El suelo argentino
• 2000: Ficciones verdaderas.
• 2002: El vuelo de la reina (premio Alfaguara 2002).
• 2003: Réquiem por un país perdido (ensayos y crónicas periodísticas).
• 2004: Las vidas del General.
• 2004: El cantor de tango (novela).
• 2008: Purgatorio.

Murió el periodista y escritor Tomás Eloy Martínez La Nación, 31-01-2010.

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