ECUADOR frente al Golpe - ANALISIS - Enemistades propias, ajenas y de afuera

POR MAXIMILIANO SBARBI OSUNA
Enemistades propias, ajenas y de afuera
01-10-10 /

Diez años atrás, el coronel Lucio Gutiérrez encabezaba un alzamiento armado en Ecuador que, con gran apoyo indígena y de la población en general, depuso al presidente Jamil Mahuad, que había favorecido a los bancos en quiebra con fondos públicos.

Tres años más tarde, Gutiérrez llegó a la presidencia como parte de una alianza de partidos de izquierda y de los movimientos indígenas. Sin embargo, sus pactos con la derecha empresarial y su posterior alineamiento con Washington provocaron la pérdida del sostén popular.

Luego, el intento de remover la Corte Suprema provocó que el Congreso lo destituyera, en un episodio sin participación militar ni policial.

El actual presidente Rafael Correa mantiene el apoyo explícito de las fuerzas armadas, a pesar de la sublevación de un sector de la policía. A diferencia de Gutiérrez, Correa logró implementar políticas inclusivas y revisar la deuda externa, quitando la porción ilegítima que desangraba las arcas del Estado.

Además, impulsó la reforma de la Constitución, incluyendo derechos básicos de los indígenas, que permanecieron históricamente relegados. Asimismo, inició una política de explotación petrolera responsable, para preservar el delicado medio ambiente y la biodiversidad.

Opositores internos. A pesar de sus logros (o gracias a ellos), Correa ha ido cosechando algunas enemistades. La más llamativa no es la de la oposición conservadora, cercana a las multinacionales petroleras, sino la de su propio hermano, Fabricio Correa.

Fabricio es un empresario que había apoyado la candidatura del presidente, pero su relación se resquebrajó cuando Rafael Correa anuló varios contratos millonarios que algunos organismos habían suscripto con algunas compañías de su hermano mayor.

Además, varios legisladores de su propio partido comenzaron a obstruir algunos proyectos de ley que el Ejecutivo había enviado a la Asamblea Legislativa. El principal de ellos habilitaba al presidente a remover funcionarios públicos.

Esto provocó que Correa amenazara días atrás con la “Muerte Cruzada”, es decir que si el Congreso no rectificaba su postura y aprobaba las leyes que proponía, aplicaría un artículo constitucional que habilita al mandatario a disolver el Parlamento y el poder Ejecutivo y convocar a elecciones, en las que el presidente podría participar.

Esta coacción tiene dos lecturas, ya que puede ser tomada como un abuso de poder presidencial y un intento de injerencia sobre el Congreso. Pero desde el oficialismo aseguran que los legisladores traban el desarrollo del país al vetar los proyectos enviados por el Ejecutivo.

Además, sectores de izquierda que antes lo apoyaban, se han retirado del gobierno, como por ejemplo el ex ministro de Energía y Minas, Alberto Acosta, que acusa al presidente de quedarse a mitad de camino en su gobierno revolucionario y socialista.

Acosta, que se manifiesta desencantado con el gobierno, opinó que el modelo exportador de productos básicos petroleros debe ser reemplazado por uno de mayor desarrollo industrial y de valor agregado, para que Ecuador deje de ser un país proveedor de materias primas e importador de derivados de los hidrocarburos.

Sin embargo, el levantamiento de la policía y una pequeña parte de los militares no es un reflejo de que las fuerzas de seguridad le estén soltando la mano al presidente, sino que es un numeroso grupo que se sublevó ante la implementación de una medida impopular que limitaría algunos de los derechos de los uniformados, aprovechando además la disidencia de una parte del Congreso y de varios sectores sociales.

Pero Correa sigue gozando de un gran apoyo popular. El sostén regional, principalmente de la Unasur y de las propias fuerzas armadas de Ecuador va a impedir que Correa sea derrocado, a diferencia de lo acontecido durante el golpe contra Jamil Mahuad una década atrás.


Url: http://www.elargentino.com/Content.aspx?Id=108615

ElArgentino.com - © Copyright 2008. Todos los derechos reservados.