Te veo,
acechando,
como bestia a su posible presa,
tras la espesura azarosa del vivir.
Esperando
que al caminar,
mis pies
despejen el sendero,
en el bosque de la vida,
y te permita, bestia, quedarte con mi alma,
entre tus ricas manos de comprador de perlas;
Mi alma rebelde y comprensiva,
que,
con tanto esfuerzo como placer,
he construido para convivir.
..Pero, yo, siempre, estoy de vigilia frente a ti: corrupción.
Mikel Orrantia Diez -Tar
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