CRÍTICAS |
----------------------------------------
"Uno de los mejores westerns de todos los tiempos" (Carlos Boyero: Diario El Mundo) ----------------------------------------
"Una película mítica y de importancia capital (...) una
obra maestra de indecible amargura, de inolvidable lirismo"
(Miguel Ángel Palomo: Diario El País) ----------------------------------------
|
Harry Lime
Barcelona (España)
|
Su valoración: |
19 de Septiembre de 2005 |
|
La coherencia interna del cine
de Sam Peckinpah es algo que esta fuera de toda duda, y en este sentido
“Grupo salvaje” es un film que es a la vez compendio y resumen de una
forma de entender la vida, regida por unos códigos no escritos pero con
una fuerte carga ética y moral. Considerado como uno de los primeros
westerns crepusculares de la historia, en “Grupo salvaje” los límites
entre el bien y el mal se difuminan, aunque Peckinpah no deja lugar a
dudas respecto a sus preferencias personales, decantándose con meridiana
nitidez por los forajidos que encabeza Bishop (Holden), en
contraposición al grupo de los facinerosos caza recompensas que dirige
Thornton (Ryan), viejo amigo y compañero de fechorías de Bishop, que
busca conseguir con su captura su indulto total después de salir de la
cárcel. Film que nos habla de desarraigo, honor, dignidad y amistad
traicionada, sus protagonistas son hombres cuyo tiempo se ha acabado,
que no tienen ni lugar ni futuro en el nuevo mundo que viene. El viejo,
el suyo, se desmorona a su alrededor y solo les queda como única salida
valida unirse para ir puntualmente a la cita con su destino.
El impecable guión de W. Green y el propio Peckinpah, el soberbio
montaje de L. Lombardo, la extraordinaria fotografía de L. Ballard, la
hermosa partitura de J. Fielding y unas interpretaciones sensacionales
de los protagonistas y de esta galería de secundarios de lujo que
formaban parte del universo de Peckinpah, todo bajo el control de un
director en plena madurez creativa, contribuyen a hacer de “Grupo
salvaje” no solo uno de los mejores westerns de la historia, sino una
obra maestra absoluta de imperecedera huella en la historia de lo que
hemos venido en llamar el “Séptimo arte”.
(El resto de la crítica puede contar partes de la película)
Ver todo
Harry Lime
|
|
|
|
73 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil. |
Taylor
Terrassa (Polonia)
|
Su valoración: |
2 de Septiembre de 2007 |
|
Llevo más de quince años a la
caza y captura de un western que pueda situarse al nivel de “Hasta que
llegó su hora”, la mejor película del oeste de la historia del cine.
Incomprensiblemente, hasta ayer noche no había tenido ocasión de
visionar “Grupo salvaje”. Increíble, pero cierto. La tenía ahí,
acurrucadita en un rincón, como hacemos con un buen vino o un buen
whisky. Esperando la ocasión. Esperando ese momento especial para
degustarla con placidez y fruición. Anoche descorché y desvirgué “Grupo
salvaje”. Bueno, tal vez lo más correcto sería decir que “Grupo salvaje”
me metió un par de ostias y me quitó la caraja de encima. Yo que creía
que con los spaghettis de Leone ya había visto todo lo que quedaba por
ver!!!. Craso error. Peckinpah es mucho Peckinpah. Ahí queda eso.
Por fin me di cuenta a qué se refería la gente con esa manoseada
expresión de “crepuscular”. Crepuscular es “Grupo salvaje”. Crepuscular
es corroborar que a pesar de esa violencia gratuíta que impregna la
peli, que a pesar de esa amoralidad y anarquía que la caracteriza y que a
pesar de ese profundo desencanto aliviado a base de putas, risotadas y
lingotazos se esconde, subrepticiamente, un férreo código de honor. Un
código fraguado a base de sangre, balazos y polvo. El polvo de Mexico.
Territorio de inadaptados. Territorio de hormigas y escorpiones.
(El resto de la crítica puede contar partes de la película)
Ver todo
Taylor
|
|
|
|
54 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil. |
Kick'Em Ars
Madrid (España)
|
Su valoración: |
2 de Septiembre de 2007 |
|
En la escena en la que el
grupo de bandidos llega al pueblo natal de Ángel, uno de los viejos del
lugar manifiesta: “Todos soñamos con volver a ser niños, incluso los
peores; tal vez los peores más que nadie”. The wild bunch es una
película llena de figurantes infantiles. Los niños conviven con los
adultos. Participan, a su manera, de la vida adulta: empujan a un par de
escorpiones contra un ejército de hormigas y después les prenden fuego,
acompañan al desfile del ejército de salvación con risas y brincos,
juegan a dispararse con el dedo índice extendido, corren tras el
vehículo que arrastra a Ángel por el suelo y alguno monta en su espalda.
¡Pero si un bebé es amamantado por una madre cuyo pecho casi está
tapado por una canana! Los niños se suman a la violencia porque la han
mamado. Y la asumen como un juego.
Pike, Thorton, Sykes… son viejos cansados de la vida. Fueron niños que
aprendieron que la vida no es un juego. Y son salvajes y violentos, no
pueden ser de otra forma, no han recibido otra educación. La acción de
The wild bunch se enclava en la revolución mejicana, en una lucha de
humildes hormigas contra un poderoso alacrán. El pesimismo y la
esperanza se dan la mano.
Sam Peckinpah, guionista y director, creó una película de violencia
exacerbada, muy elaborada gráficamente, muy vívida, al ras de los
personajes. Pero la opción de Peckinpah por mostrar el horror de las
armas es determinante. The wild bunch se abre con una cruenta matanza
sin sentido y se cierra con otra, igual de sangrienta, pero totalmente
justificada: del enfrentamiento de Pike y compañía a Mapache y sus
acólitos no cabe otro desenlace. Sus caducas vidas, historiales de
excesos, claman a gritos un final que se salga de la regla. Cansados de
la vida, con la imposibilidad de recuperar la inocencia, pero deseosos
de terminar a lo grande, de ser recordados, de cambiar el mundo, a
mejor… Buscan su final, pero solo saben matar.
Kick'Em Ars
|
|
|
|
47 de 59 usuarios han encontrado esta crítica útil. |
Kriza
Monument Valley (Estados Unidos)
|
Su valoración: |
7 de Enero de 2008 |
|
Tod=s estaréis de acuerdo que
los críticos puristas academicistas sólo aceptan el uso de la cámara
lenta y los tics enfermizos de zoom al perro viejo Sam. Él es la
excepción. Nadie negará que el cine del renegado más controvertido de la
década de los 60 pertenece al cine mainstream, concretamente al western
crepuscular, pero tenía unos vicios de la serie B que no veas... ¡que
golfo y maleducado era el tio!
Claro que, no es lo mismo decir John Woo, Jess Franco o Peckinpah. A
John Woo también le molaba el "ballet de la violencia", pero su cine es
demasiado barriobajero y su violencia demasiado gratuita para ellos. Y
tienen razón. "La lírica de la violencia" de Peckinpah, no era la serie
B, ni era la violencia gratuita del pretencioso más perverso del
universo (según ellos): Sergio Leone.
Peckinpah utilizó magistralmente la violencia (siempre justificada, por
cierto) como la única reacción posible de misóginos y cochinos salvajes e
inadaptados ante el crepusculo del lejano oeste. La violencia como fin,
no como medio. Los personajes están condenados al fracaso desde el
principio. Pero les queda la camaradería y la muerte. Por eso, esta peli
es violenta, pero está lleno de lirismo arrebatador. La escena final es
de una carga emocional impresionante.
Cuando 'Wild Bunch' se estrenó allá en el 1969, muchos críticos se
hartaron de fusilar la peli diciendo que era la película más violenta
jamás hecha por el hombre. No obstante, con el tiempo la critica más
purista también ha reconocido que 'Grupo Salvaje' es sin duda la obra
maestra del americano y el último gran western de los 60.
La peli bebe mucho del spaghetti: de los éxitos de Leone, por supuesto. Y
nadie puede olvidar en el 1966 a Franco Nero en su papel de Django con
la puta ametralladora matando hijos de perra. Peckinpah no ignoró los
westerns bastardos de Europa.
Kriza
|
|
|
|
33 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil. |
Archilupo
Llanes (España)
|
Su valoración: |
11 de Octubre de 2009 |
|
En el inicio hay un toque a lo
Buñuel, quien solía insertar imágenes de animales como metáfora del
comportamiento humano: unos escorpiones son entregados a una masa de
hormigas rojas por unos niños que sonríen con maligno regocijo.
La película muestra un hormiguero humano, un caos de grupos relacionándose con violencia extrema:
Bandidos disfrazados con uniformes de agentes de la ley.
Agentes de la ley de paisano, actuando como cazarrecompensas y bandidos.
Ciudadanos de clase media, piadosos y antialcohólicos, acribillados por el fuego cruzado.
Los niños que, entre juegos con alacranes a los que añaden fuego, son espectadores de todo y se empapan de ello.
El ejército regular, ridiculizado en su despliegue de torpezas.
El ejército de opereta del general Mapache y sus grotescos asesores prusianos.
Los indios autóctonos: un poblado y los resistentes ocultos en las
montañas, grupo éste tratado con simpatía por Peckinpah (de origen
indio, como es sabido).
Si la refriega inicial, con la consiguiente matanza, alcanza brutales
cotas de violencia, salpicada de detalles crueles, la escena del duelo
final, cuatro contra todos, bate de largo el récord que ostentaba
“Bonnie and Clyde”. Es un larguísimo final, estilizado mediante un
montaje amplificador, a base de ralentizaciones, congelaciones y
repeticiones, para mostrar como una danza macabra las caídas de esos
cuerpos reventados a balazos y descosidos, por cuyos rotos brotan
chorros de sangre.
Un festín para los buitres.
Entre matanza y matanza se suceden rituales del whisky, risotadas
estruendosas, visitas al burdel, espectacular voladura de un puente,
bellos paisajes fronterizos, todo sobre un trasfondo —recurrente en el
director— de lealtad traicionada: dos forajidos veteranos, que un día
fueron inseparables y ahora se tiran a matar (sobresalientes William
Holden y Robert Ryan).
Si la época de los últimos bandidos se canta aquí con una poesía áspera y
tremenda, son en cambio profundamente líricas las breves escenas del
abandono del poblado indio, acompañadas de una canción coral y
melancólica que llega bien adentro, escenas que significativamente se
repiten como colofón.
Todo lo demás es rabia. Rabia en forma de cine.
|
|
CRÍTICA CLUB DE CINE
'Grupo salvaje', la desesperanzadora obra maestra de Peckinpah
Jesús Márquez. Martes 28 de Febrero 2012
Este western de 1969, firmado por el director de la también excelente 'Perros de paja', nos pone en la piel de un grupo de forajidos a punto de cometer su último golpe antes de retirarse.
'Grupo salvaje' es una obra maestra. La más sobresaliente película de uno de los mejores directores que ha dado el cine, o por lo menos uno de los más queridos por un servidor. Una historia, que más allá de su lírico uso de la violencia y su innovador montaje, llega al corazón con una verdadera demostración de lo que es la amistad y de un pesimismo que se ve superado por la necesidad de demostrar que aún se conserva el honor. Una cinta con unos personajes perdedores, destrozados y rufianes, pero con ciertos valores que les diferencian de la peor de las calañas.
Sam Peckinpah firma su obra más influyente, aquella que marcó los canones del llamado western crepuscular y que consiguió que el cine de acción actual sea como es ahora. Tal como suena. Porque por un lado edificó todo un género al que más tarde pertenecieron 'Sin Perdón' o la española y más reciente 'Blackthorn. Sin destino'. Por el otro tenemos un film con una apabullante cantidad de cortes y un dinamismo casi epiléptico, aunque con un pulso tan prodigioso que no es difícil situarse en lo que está ocurriendo. No es descabellado afirmar que Peckinpah afianzó el uso de tomas muy cortas e incluso de la cámara lenta para las escenas de acción actuales, pese a que este director justificó su uso con más fuerza que cualquiera de los muchísimos directores hiperactivos de hoy día.
Un reparto perfecto
William Holden encarna a Pike Bishop, personaje que ya se puede considerar todo un icono del western. Ernest Borgnine y Edmon O'Brien, entre otros, forman con él ese grupo salvaje que da nombre a la película: una panda de forajidos agotados ante la vida que les ha tocado vivir. Todos bordan su papel, desde Holden hasta el secundario más secundario. Incluso los cazarrecompensas que aparentan estar sobreactuando consiguen crear unos excéntricos y despreciables personajes.
Cada mirada de Holden es una puerta hacia el interior de Pike. Él y sus compañeros son personajes que añoran volver a ser niños - como se destaca en una de las más magistrales citas de la cinta -, con alejarse de sus actuales vidas lideradas por la violencia y redimirse de todo aquello por lo que han tenido que pasar. El honor y, sobre todo, ellos mismos son lo único que les queda. De hecho, hay una curiosa y natural progresión de amistad entre todo el grupo, que sí se muestra firme desde el principio entre Pike y su viejo amigo Dutch. Acostumbrados a fallar en todo lo que han intentado tienen una perspectiva de la vida tan "realista" como desgarradora. Les gustaría alejarse de la violencia con la que conviven, pero es lo único que conocen.
Este tipo de fracasados se repiten en toda la filmografía de Peckinpah. En 'Grupo salvaje' podemos encontranos con ciertos signos identificativos del director californiano. La violencia es uno de ellos, muy presente en la ejemplar secuencia inicial, en la que intercalando la presentación de los protagonistas aparecen unos niños que le dan de comer un escorpión a unas hormigas. Las siniestras risas de los muchachos son una de las representaciones más poderosas y dantescas de la filosofía de Peckinpah, una pesimista visión de un mundo en el que la violencia está presente en unos niños que juegan a ser adultos y unos adultos que desean volver a tener la inocencia que perdieron.
La peculiar forma de grabar la violencia de Peckinpah pretende que la veamos como algo repugnante, incómodo; lejos de hacer una apología de la misma como apuntan muchos de sus retractores. Pese a que a todo lo que la rodea es prácticamente poético y estéticamente no desagrada, el director resalta el sufrimiento de los que la soportan con la cámara lenta, al mismo tiempo que reproduce el caos con los cortes antes mencionados.
Una historia redonda
La trama gira en torno a unos forajidos que pretender dar su último golpe antes de retirarse, al mismo tiempo que un antiguo compañero de Pike se ve obligado a encabezar un grupo de cazarrecompensas que debe dar con ellos en menos de treinta días. La revolución mexicana también tiene su lugar en una historia que controla el ritmo de forma envidiable.
Más de 2 horas en las que hay tiempo para todo: asaltos, tiroteos, momentos enternecedores - hay que destacar de forma irremediable la salida del pueblo de Ángel al ritmo de "La Golondrina" -, tristes e incluso alguno humorístico. La película se encamina a dar sentido a su final, un increíble clímax que encumbra 'Grupo salvaje' hasta los cielos. Peckinpah comentó que el esqueleto de la historia se ideó pensando cómo hacer creíble un último acto así, ¿qué tipo de personas lo harían y bajo qué condiciones?
Sus puntos fuertes lo son en proporciones gigantes: una más que correcta banda sonora, unas actuaciones alucinantes y una dirección de hierro. Se pueden destacar infinidad de cosas respecto a los valores que intenta expresar. El nihilismo de Peckinpah, ese pesimismo absoluto, el código moral del que pretenden hacer gala los protagonistas... pero cuando uno acaba de ver 'Grupo salvaje' hay algo que permanece por encima de todo: la amistad. Es donde todo lo anterior converge, lo que mantiene en pie a esos hombres, lo que los diferencia de las hormigas que atacaron al escorpión y por lo que realmente serían capaz de luchar.
|
*GRACIAS, Mikel! Thank you so much for remembering here "La Golondrina" /or "Las Golondrinas"/, so beautiful song of Narciso Serradell Sevilla. I love this song so much and now I have more than 1.100 versions /instrumentals & songs, world-wide. In Spanish, known also as "Adios Amor", in Portuguese "A Andorinha",etc. There are more versions in Dutch, German, French languages under different titles. Sure, in English is more known as "She Wears My Ring", but also under wrong official title "La Golandrina", also "La Golondria", also few versions titled "He Wears My Ring", etc. There are more songs in Spanish titled "Las Golondrinas", but they are just different songs (!)... What a mess! Nana Mouskouri has several versions of "La Golondrina" in different languages, but not any in her Greek language. Etc... What a story. And the history of this song is also so interesting. Regards, collector. TODO LO MEJOR!
ResponderEliminarTe agradezco tus palabras con la historia de la canción. Sigue bien. Salud.
ResponderEliminarMikel
GRACIAS, MIKEL! Sorry, I am writing in English. Who is more interested in history of this beautiful song, also to have some songs from my collection, please visit my blog /some info in Spanish language too/. The most interesting and rare version is "The Bells Of San Juan Capistrano - La Golondrina (A Vibrachime and Old Mission Bells)", one recording of church bells from CA, USA, A MAAS-ROWE UNIVERSAL GROOVE RECORDING, cca 1960. TODO LO MEJOR! Slobodan
Eliminar