sábado, 16 de mayo de 2009

De futbol, reyes, himnos y republicanos independentistas


Me uno a la bronca de vascos y catalanes y quien fuese que la hizo, contra el himno y el rey, y lo hago mientras me acuerdo de la zarzuela de “EL REY QUE RABIO”, para gozar de la cólera y desconcierto del españolismo más rancio, algo mas y con música. Una zarzuela que escuchaba aquel verano de 1966 ó 67 en mi pueblo de Balmaseda, en Bizkaia, de joven, joven, en un tocadiscos prestado por un vecino temporal, guardia civil muy amable, al que debo también haber leído la biografía de Calvo Sotelo; lo que me dio argumentos adicionales que discutí amistosamente con el guardia, con incipientes argumentos propios del obscurantismo cultural del que iba poco a poco emergiendo, yo a favor de la republica frente a la dictadura y la monarquía, bien que el guardia, a la sazón, apuntaba maneras republicanas ocultas bajo la función represora del cuerpo al que partencia funcionario del orden del franquismo, entonces, a finales años sesenta.

¿Estaba el campo de futbol deL Valencia lleno de independentistas vascos y catalanes? ¿será por ello que realizaron esas gentes la gran pitada contra el rey y el himno español herencia del franquismo y recauchutado para la democracia (ambos)?... Sea como fuere solo una victima del acontecimiento es reconocida: el realizador de TV1 que decidió censurar las imágenes y pitadas con una larga cambiada a otras mas amables para sus dueños (los de su carrera) y lo ha pagado con el paro, uno más.

Esto es muy complicado, según parece. En este país de democracia nueva y procedente de una herencia autoritaria vieja y oprobiosa, oponerse al rey y a los sacramentos constitucionales, aunque se defienda con pasión la democracia, es o puede ser, criminal y constitutivo de delito: ¡que pena para la libertad y el derecho de ser persona con criterio!

No estuve en Mestalla, ni en Valencia, ni en Bilbao: solo soy un vasco europeo y cosmopolita que gustó de jugar al futbol de mas joven pero nunca disfrutó lo suficiente de verlo; no comparto la cultura de masas mis contemporáneos: no me encontraran en festivales, campos de futbol, plazas de toros, procesiones, manifestaciones o misas o tedeums… No por nada, creo, simplemente prefiero disfrutar de forma más tranquila, casi siempre en pettit comité, entre conocidos y amigos, en convivialidad. Por eso a veces me pierdo acontecimientos que merecen la pena de haber estado ¡que le voy a hacer!; durante demasiados años los espectáculos de masas me parecieron el opio del pueblo: la religión, el futbol y las procesiones y manifestaciones incluidas; excepción hecha de algunas de entre ellas que me emocionan, tanto verlas como participarlas. Como la final entre el Barcelona y el Bilbao, hasta que se derrumbo el Athletic, derrotado avant la lettre por la calidad muy superior del juego de su contrario: ¡otra vez será!

Eso sí la cara de rey sobre todo y la reina eran todo un mapa de lo que, espero, les espera. Porque… ¡haremos una Republica, verdad! …Eso si, por favor, que sea confederal, para, entre otras cosas fundamentales, que vascos y catalanes y otros pueblos y nacionalidades de España o, quizá también, mejor, de Iberia, estemos mas a gusto participando de ella, de Europa y del mundo… Amén.

Y constato: ¡Que ganas de fiesta tienen los vascos, madre mía! Si desaparece ETA somos capaces de pasarlo en grande todo un años seguido, y hasta igual hacemos un país nuevo: sin reyes monarcas, banderas monárquicas, constituciones de prestado, y obligaciones de pertenencia nacionales…
Salud. Agur.

Mikel Orrantia Diez

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